La vida de alguna forma está marcada por algún rol, propio o impuesto; impuesto en el sentido que tú no has contribuido de manera consciente a ello, pero de cualquier manera te has visto en la obligación de seguirlo.
La cuestión es la siguiente: Desde pequeña siempre fui la “lista”, bueno eso a ojos de los demás, porque yo no me sentía así. Siempre pensé que como en casa ya estaba “la guapa”, alguna cualidad debían de ponerme a mí para que no me sintiera mal.
El caso es que crecí con la etiqueta, sin creérmela, pero haciendo todo lo posible por no defraudar.
Nadando siempre entre dos orillas, la de los que me veían listísima y la mía en la que cada vez me sentía más nadie.
A base de luchar por conseguir la orilla que los demás creían correcta llegué a pisarla; no es que sea una lumbrera, pero alguna instrucción tengo, hablo correctamente, tengo una ortografía y una gramática casi perfectas (soy obsesiva en eso), y algunos conocimientos más, que seguirán ampliándose, porque cuánto más aprendo más ignorante soy.
Mi duda es que si en lugar de ser la “lista” hubiera sido “la guapa”, ¿sería hoy como soy?, o es que en realidad ellos si tenían razón y de cualquier manera hubiera acabado igual.
No lo sé, pero lo que sí sé es que les doy mil gracias por etiquetarme de esa manera.
Las Hijas de Encarna 