DOS DE MAYO

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El lunes Dos de Mayo de 1808, las capas más populares del Pueblo de Madrid, en un clamor violento de indignación antifrancesa, se echan en la calle ante el Palacio Real para impedir la marcha del último infante real. La violenta represión francesa no hace más que extender el sangriento motín por toda la ciudad.

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Durante cuatro horas, los franceses pierden el control de la ciudad sufriendo más de medio centenar de bajas entre muertos y heridos. Las autoridades españolas impiden salir a combatir a las débiles tropas españolas de guarnición. El pueblo, solo y sin armas, se enfrenta sangrientamente a los franceses. Apenas unas docenas de artilleros e infantes españoles del Parque de Monteleón desobedecen las órdenes uniéndose al pueblo y entregándole armas.

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A las dos de la tarde el motín ha sido sofocado en sangre por más de 20.000 soldados franceses. En la lucha morirán y serán ejecutados ante los pelotones de fusilamiento imperiales 410 madrileños (de entre ellos 57 mujeres y 13 niños, también 40 militares españoles). Otros dos centenares largos serán heridos.

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Empezaba así la Guerra de Independencia

Manuela Malasaña fue la heroína madrileña, convertida en uno de los mitos de la resistencia del pueblo de Madrid ante las tropas del general Murat, jefe del ejército francés, que ocupaba la capital del Reino y contra el que se sublevó la población de Madrid el 2 de mayo de 1808.

Según la leyenda, Manolita, la joven bordadora, pasaba a su padre y a otros defensores del Parque de Artillería de Monteleón -levantado en armas bajo la jefatura de los capitanes Daoíz y Velarde- los cartuchos de munición, durante aquella mañana del 2 de mayo.

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Madrid se encontraba sitiado por las tropas napoleónicas y debido a las revueltas populares y a la prohibición de portar armas, los soldados registraban a toda la gente que iba por la calle. Manuela Malasaña se topó con unos soldados franceses y éstos al registrarla encontraron unas tijeras, los soldados pensaron que se trataba de un arma y no de una herramienta de trabajo

Fue detenida y condenada a la pena de muerte en juicio sumarísimo . Fue fusilada, por entender los franceses que las tijeras podían ser un arma ofensiva contra su ejército, según el ‘Decreto de Guerra’ proclamado por Murat ante el levantamiento del pueblo madrileño.

Enterrada junto con otras víctimas de los sucesos del 2 de mayo de 1808 en el cercano cementerio de la Buena Dicha, su juventud y su condición de mujer hicieron de ella una figura muy popular entre el pueblo de Madrid, que admirando su valor y sacrificio por la libertad, dio su nombre a un barrio, el de Malasaña, por ser allí donde fue detenida por el ejército invasor en ese histórico día inolvidable para el pueblo de Madrid.