Que doblen las campanas
Que suenen las trompetas
Echen al vuelo palomas
Que se callen las tristezas
Que todo se inunde de luz
Dar paso a la alegría
Ponerse vestidos blancos
El día más feliz de mi vida
Que canten los ruiseñores
Que florezcan azucenas
Que brille en el cielo el Sol
La Luna y las estrellas
Que se acaben las penas
Que se esconda la amargura
Que vuelvan ya, la esperanza
Y la alegría futura
Que se alegre todo el mundo
Y se una a mi felicidad
Que no haya nada oscuro
Que todo sea claridad
Sembrar el suelo de flores
Simulando una alfombra
Para que pase mi amor
Cuando llegue la hora
Que todo sea una fiesta
Bailando todos al son
La música que se oirá
Saldrá de mi corazón
Que se repartan abrazos
Que se beba la alegría
Llega mañana mi amor
Quiero que sea un gran día
17 Noviembre 1977 G.R.G.
Pero esta poesía es tuya Lupe? Si se refiere a una boda, la fecha no concuerda con la tuya, si no recuerdo mal…..Sea como sea, es muy entrañable, sí, ésa es la palabra que mejor la define, entrañable.
No es una boda, es que mi marido hizo «la mili» en Lérida y pasamos cinco meses sin vernos.
Un beso
A mí siempre me gustó la poesía, y antes, cuando era jovencita, solía escribir algunas. Pero hace mucho tiempo que no le dedico un ratito a aquellos hábitos que tantos buenos ratos me aportaron.
Preciosa la poesia….Un beso.
Gracias Neruda, tambien hace mucho que no escribo poesía, esta es de cuando era joven.
Un beso
Del mismo año en el que yo nací… 🙂
Se nota que tenías ganas de volver a verle. Sin duda los reencuentros eran lo mejor del servicio militar.
Eres un niño, Iván.
Si que eran los mejores, pero duraban tan poco